¿Renunciaría hoy una institución de salud a un investigador especializado en el zika?
“España
no necesita sabios”
El próximo 29 de Octubre se
cumplen 200 años del fusilamiento por la espalda del Sabio Francisco José de Caldas.
Al Capitán de Fragata Pascual Enrile, oficial del
ejército del “Pacificador” Pablo Morillo, se le atribuye, posiblemente de
manera apócrifa, la tristemente famosa frase “España no necesita sabios”. Otros
se la adjudican a Morillo.
Se cuenta que lo mismo - “la
República no necesita sabios”- había
dictaminado un tribunal de la Revolución Francesa cuando ordenó guillotinar a Antoine Laurent Lavoisier, hoy honrado con el título de “Padre de
la química moderna”.
Lo cierto es que Caldas, junto
con Miguel Bush (español que respaldaba la causa independentista) y Francisco
Antonio Ulloa (patojo como Caldas), fueron pasados por las armas en la entonces plazuela de San
Francisco de Bogotá, hoy parque Santander (frente a la DIAN).
En desarrollo de la llamada
“Reconquista Española” (Vamos a recuperar
la Nueva Granada), se tomaron represalias contra todos los que habían
tenido algo que ver con el “Grito de Independencia” del 20 de Julio de 1810 y que a partir
de allí protagonizaron ese periodo que pasó a la historia como “La Patria Boba”.
El “Pacificador” ordenó reformatear
todos los discos, borrar todas las memorias, fusilar a todos sus opositores y
adelantar una campaña de represión general que culminó (al menos con esos
protagonistas) con la Batalla de Boyacá el 7 de Agosto de 1819.
Se salvaron los icones o dibujos de la Real Expedición Botánica, de la cual
habían formado parte varios de los fusilados, porque Morillo, en un rapto de
sensibilidad estética más que de interés científico, ordenó enviarlos a España,
pero desaparecieron los documentos escritos que describían el contenido de las
láminas.
150 años después le
correspondió a ÁlvaroFernández Pérez, otro naturalista de Popayán, coterráneo de Caldas, reconstruir
los textos de uno de los tomos sobre orquídeas de la Expedición Botánica.
Estados
Unidos sí necesita sabios
En 1945, cuando ya la Alemania
nazi tenía definitivamente perdida la guerra, los Estados Unidos llevaron a
cabo la llamada “Operación Paper Clip” cuyo objetivo era
sacar de Alemania una gran cantidad de científicos que habían participado en el
desarrollo de armas y en otras investigaciones e invenciones al servicio del
Tercer Reich.
Formó parte de ese botín de
guerra el ingeniero aeroespacial Werner von Braun, quien logró entregarse,
junto con otros científicos, al ejército de los Estados Unidos, antes de que
llegaran los soviéticos a Peenemünde,
el centro de investigación y desarrollo de cohetes de los alemanes. En ese
centro nació, nada menos, el cohete V2, un misil supersónico con que los nazis bombardearon
muchas veces varios objetivos, entre otros la ciudad de Londres.
Posiblemente habría habido
argumentos suficientes para sentar a von Braun y a otros científicos de
Peenemünde ante los tribunales, pero no: prefirieron asentarlos en un centro
de investigación para que avanzaran en el desarrollo de la cohetería moderna y
en 1955 le otorgaron a von Braun la nacionalidad norteamericana para vincularlo
a la Nasa para que dirigiera la construcción de los cohetes Saturno.
Resultado: en 1969 el Saturno
V, el cohete diseñado por von Braun, llevó por primera vez tres astronautas gringos a la Luna.
Como
que Bogotá no necesita sabios…
La semana pasada, en el evento
en el cual el Presidente de la organización Conservation International confirmó oficialmente la buena
noticia de que su oficina para América del Sur había sido establecida en
Bogotá, me enteré de la mala noticia de que Mauricio Díazgranados había sido
removido de la Subdirección Científica del Jardín Botánico de esta misma ciudad, posición
que venía desempeñando desde Mayo 2014 cuando Luisz Olmedo Martínez, el magnífico ex-Director
del Jardín, lo convenció de que asumiera ese cargo.
Nadie niega ni cuestiona, por supuesto, la
facultad de los gobernantes para elegir su equipo y para ejercer la facultad
“de libre nombramiento y remoción” de sus colaboradores, pero no deja
de sorprender que la Alcaldía Distrital y el Jardín Botánico se deshagan de un
científico de la categoría internacional de Diazgranados: biólogo de la
Universidad Javeriana con especialización en bioética en la misma universidad y
doctorado en Biología de la Universidad de Saint Louis, Missouri, por
recomendación expresa del Jardín Botánico de esa ciudad, con el cual la Universidad trabaja en llave.
No viene al caso presentar
aquí el resultado de la actividad de Diazgranados en el Jardín Botánico de Bogotá,
pero sí resaltar que bajo la dirección general de Luisz Olmedo Martínez y su
equipo, cuyo componente científico lideró Diazgranados, se alcanzaron
resultados concretos que pueden analizarse en detalle en el Informe de Gestión que
presentó la Dirección saliente. Reconozco la elegancia del Jardín Botánico al conservar estos
informes en su página web.
En los últimos años el Jardín se internacionalizó
a través de acuerdos de cooperación suscritos o en proceso con el Reino Unido
(Kew Gardens), Alemania (Berlín), EUA (Missouri y Smithsonian), Mexico
(Universidad de Veracruz), Costa Rica (Lancaster Botanical Garden), Ecuador (Yachay
Tech), Chile (Universidad de Valparaíso), Argentina (Universidad de Buenos Aires) y Brasil (Universidad de Sao Paulo).
Pero lo que más hay que
lamentar del retiro de Diazgranados del Jardín es que, precisamente en este momento, se haya renunciado a un
científico cuya especialidad es el estudio de la vulnerabilidad y de la
respuesta adaptativa de los frailejones y demás especies de la biodiversidad de
los páramos frente al cambio climático.
La Corte Constitucional acaba de ratificar desde el ámbito jurídico, la importancia de los páramos para la viabilidad presente y futura del territorio colombiano, y es bien sabido que esos ecosistemas únicos están gravemente amenazados por el cambio climático. ¿Sacaría una institución de salud, en este preciso momento, a un investigador especializado en el zika?
La Corte Constitucional acaba de ratificar desde el ámbito jurídico, la importancia de los páramos para la viabilidad presente y futura del territorio colombiano, y es bien sabido que esos ecosistemas únicos están gravemente amenazados por el cambio climático. ¿Sacaría una institución de salud, en este preciso momento, a un investigador especializado en el zika?
Diazgranados y el equipo de científicos y jardineros especializados que él lideraba, lograron, con enormes esfuerzos, darle a vida en Bogotá a la única réplica de páramo que existe en el mundo. Las dificultades para hacerlo confirman la irreplicabilidad de estos ecosistemas y la importancia de protegerlos de todas las amenazas que los acechan.
Que yo sepa, este biólogo no
tiene ningún tipo de filiación ni de militancia política. De tenerla, estaría
ejerciendo legítimamente sus derechos constitucionales y eso no invalidaría ni su
autoridad ni su trayectoria científica, pero lo más cercano que estuvo de la turbulenta política distrital, fue que en todos los modernos laboratorios que dejó
instalados en el Jardín Botánico, trabajaban con Cajas de Petri. Yo le advertí que no faltaría algún “Pacificador” capaz de incurrir en
un malentendido ideológico.
El evento de Conservation
International al que hice referencia algunos párrafos arriba, estuvo inspirado
por un lema: “Nature doesn’t need people, people need Nature” (La Naturaleza no
necesita de la gente, pero la gente sí necesita de la naturaleza). Estoy
totalmente de acuerdo con esa premisa, pero creo que en este caso particular la
Naturaleza, y en particular la biodiversidad bogotana, sí necesitan un
científico como Mauricio Diazgranados.
No olvidemos que el páramo más
grande de la galaxia -el de Sumapaz-
se encuentra en territorio del Distrito, y que el 70% del agua que consumimos cerca
de 9 millones de personas en Bogotá y algunos municipios vecinos, proviene del
páramo de Chingaza. Ambos páramos, como los demás de Colombia y de Suramérica,
deben estar en cuidados intensivos y necesitan gente preparada que los entienda
y atienda.
Concluyo esta nota con una reflexión
de Miguel Delibes de Castro, en un artículo sobre Caldas que recomiendo leer. Se titula “España sí necesita sabios y en ella dice este autor español:
“Nos avergüenza Enrile, más tarde brillante
gobernador de Filipinas. Pero tengo la impresión de que aún muchos consideran
que los sabios son, entre nosotros, un prescindible adorno.”
Gustavo Wilches-Chaux
Bogotá, Febrero 15 de 2016
No hay comentarios.:
Publicar un comentario