Por lo visto uno no es 'alguien' a menos que esté enterrado en el Cementerio Central de Bogotá. Es uno de esos lugares que debería ser obligatorio visitar. Ayer 1° de Noviembre (el día en que mi papá hubiera cumplido 80 años, si no le hubiera dado por morirse a los 57) cumplí mi propósito de visitar el Cementerio Central, que no en vano es Monumento Nacional y un libro en cuyas hojas de piedra se registra gran parte de la historia del país.
La guadaña está más fruncida que el ceño de su portador. Se nota que el trabajo es demasiado exigente y que no pagan muy bien.
En el cementerio venden una guía en tres tomos que describe minuciosamente la vida y milagros de los personajes que yacen allí y de los autores de los mausoleos más rimbombantes. En vida varios de esos caballeros estuvieron enfrentados a muerte con sus vecinos actuales.
Arriba: Niño ubicándose en el mapa
Abajo: Niño rezando
Mausoleo de la familia Bermúdez Valenzuela. La escultura se atribuye a Tenerani (1789 - 1869), el mismo escultor de la estatua de Bolívar que preside la plaza que lleva su nombre en el centro de Bogotá.
"Quédese ahí, pero shiiito"
Don Santos Gutiérrez, Presidente de la República entre 1868 y 1870 y de quien afirma la guía del cementerio que "durante su gobierno se realizó un censo de población y se hizo el primer contrato para la construcción del Canal de Panamá, pero este no fue aprobado por el Congreso por temor a las ventajas que podría sacar del mismo el gobierno de Estados Unidos". No me parece que el gobierno de don Santos Gutiérrez hubiera sido especialmente importante para el país, pero reconozco que esa cara de estatua no se podía desperdiciar.
Mi coterraneo popayanejo el general Francisco Javier Vergara y Velasco luce un lente de contacto que supongo añadido por algún devoto admirador.
Columna de la capilla
Escudos sin cóndor
Detalle del obelisco en la tumba del -por supuesto- General José María González Forero
Detalle de la lápida de Carlos Pizarro
Definitivamente uno no es tanto lo que es, como la sombra que el Sol le permite proyectar.
Allí se armó un 'cruce' fugaz de generaciones y de bastones, que finalmente se resolvió por las buenas.
El muy milagroso don Leo Siegfried Kopp, fundador de la cervecería Bavaria, lo cual de por sí ya constituye motivo suficiente para la canonización.
Advertencia
LAS BÓVEDAS MÁS TRISTES
Cerca a las tumbas de tantos próceres, expresidentes, políticos, generales, escritores y demás verdaderos y falsos prohombres de la historia nacional, hay varias bóvedas de niños, que generan una tristeza especial. Al pié de la estatua del niño rezando (al principio de esta entrada) aparece una leyenda en latín que, de acuerdo con la guía del cementerio, en castellano quiere decir "Niño bello, alegre, ingenioso, delicioso. Prematuramente arrancado de sus padres al cielo".
OTRAS TUMBAS
Bloque multifamiliar
Justa petición
Una señora que trabajaba hace años en mi casa, le preguntaba a mi mamá que por qué los ricos gastaban tanta plata en seguros de vida, si se morían igual que los pobres. Y tenía razón.
"En este momento su dinero puede estar en el lugar equivocado"
Tema para una canción de despecho
Transbordador Espacial... ¿recogiendo pasajeros?
Gustavo,
ResponderBorrarMuy agradable y entretenido el paseo q nos das por el cementerio con tu serie fotográfica. Tiene de todo un poquito.
Saludos,
Willy
Aún no conozco el Cementerio central, pero es algo que tengo pendiente.
ResponderBorrarSus fotos me recordaron al cementerio de San Pedro de Medellín, que es muy bonito y lleno de contraste. Hace un tiempo, intentaban recuperarlo un poco convirtiéndolo en algo así como un museo y de vez en cuando haciendo recorridos en noches de luna llena con diferentes historias que contar.
Una perspectiva extraña de la oficina que visito cada vez que voy en plan de trabajo a Bogotá.
ResponderBorrarLa atribución a Tenerani de la escultura del sepulcro de la familia Valenzuela es incorrecta. Acá está la información que tengo por haber trabajado en el Museo Nacional de San Carlos de México, en donde se encuentra una talla en mármol de esta misma figura. La obra está firmada, por lo que cabe suponer que es una obra original:
ResponderBorrarLa plegaria, ca. 1844
Fracisco Orzalessi, (Italiano activo a mediados del siglo XIX)
Mármol
69.8 x 40.1 x 33.8 cm.
Museo Nacional de San Carlos, INBA
Mucho gusto
Ana Catalina Valenzuela González
Muchas gracias por la importante y bien documentada aclaración y por visitar mi blog. Cordial saludo. GW-Ch. Sept. 28, 2011
ResponderBorrar